martes, 2 de noviembre de 2010

Pasa, pasa, pasa, pasa, [...], pasa, pasa.

Pasan las horas lentas mientras estoy aquí sentada; tan lentas que ni las veo pasar... pero las muy putas no se detienen... Si tan lentas se me hacen, no entiendo cómo no se dejan ver... no dan la cara.
Pasan las horas, días, semanas, meses... años... Todo pasa. Te das cuenta que el tiempo se lo lleva y te lo deja todo a la vez. Se van los momentos, las personas, los instantes, las sorpresas, los sentimientos, los latidos del corazón...

La imaginación juega un gran papel en la vida de aquellos fanáticos de los recuerdos, que sin pretenderlo, sienten el tacto de un momento... el olor de una voz o la melodía del perfume que embriaga un instante inolvidable.

El cúmulo de recuerdos al detalle, provoca sensaciones tan reales que, dada su intensidad, te alejan levemente de tu sueño despierto y te transportan a una realidad paralela... Una realidad falsa aparentemente tan verdadera...

Por una parte, da miedo que el tiempo pase. Sólo su inevitable transcurso asusta... pero también el quedarte atrapado en un momento de tu vida, aunque sólo sea por unos segundos... Hay que tener en cuenta que esos segundos se han perdido en el pasado por partida doble.

Quédate cada noche dormido soñando despierto, y pierde esos últimos minutos de cada día vagando por tu pasado favorito... Sé fanático de cada momento vivido y disfruta de ellos eternamente.

Jamás creas a nadie que diga un "no volverá"... Creete capaz y toca tus recuerdos, siente esos besos que te dieron una vez más sobre tu piel; escucha de nuevo la voz de quien jamás volverá; huele el césped de un día de tormenta del año 99, y no vuelvas a necesitar abrir los ojos para ver...
Recicla tu vida, y tócala de nuevo una y otra vez.


*ángel caído*